Hasta el momento he caminado por un sendero bastante variopinto. Subidas, bajadas, momentos de descanso y momentos en los que parece que ni todo el oxígeno del planeta Tierra es suficiente para abastecer mis pulmones, bien de angustia, bien de risa...
A día de hoy, lo que tengo, es muchísimo más de lo que nunca imaginé. He llegado a un punto en mi camino bastante interesante. Me encanta el suelo que piso, amo lo que observo, siento hasta las entrañas lo que oigo. Mis cinco sentidos intentan procesar al máximo todo lo posible. No me quiero perder nada porque lo que siento me chifla. Me siento bien, segura, optimista, independiente, eficaz y querida.
Siento que La Vida me está observando desde algún lugar, como un hada madrina, y me mima.
Estoy comenzando a recolectar los frutos de sueños plantados hace mucho, mucho tiempo.
Voy a tope. GRACIAS.